Llegar a final de mes no siempre es tarea fácil. Sobre todo cuando estamos pendientes de ERTES, o cuando dependemos del paro para seguir tirando hacia adelante. Este año 2020 ha sido un año muy convulso debido a la crisis económica derivada del Covid-19, suponiendo un auténtico reto para muchos hogares para poder hacer frente a todos sus gastos. En este artículo te explicamos cómo puedes hacer un presupuesto familiar equilibrado que te permita llegar a final de mes de una forma más desahogada.
¿En qué consiste hacer un presupuesto familiar?
Un presupuesto familiar no es más que un documento que recoge por una banda, todos los gastos y, por otra, los ingresos que hay en un hogar. De esta forma, podemos ver de forma desglosada cómo gestionamos y en qué gastamos nuestro dinero a lo largo del mes. La idea de este documento es tener una visión global y precisa de todas las cuentas de la economía doméstica.
Realizar este proceso nos permitirá actuar de forma razonada. Si realizamos un presupuesto familiar nos permitirá planificarnos en los meses siguientes, a fin de adaptar nuestros gastos si es necesario, y también calendarizar las facturas que vayan a venir. No te preocupes, a continuación te explicamos cómo puedes hacer un presupuesto familiar equilibrado y verás cómo ajustar tus gastos.
¿En qué me beneficia hacer un presupuesto?
Hacer un presupuesto familiar te proporcionará diversos beneficios:
- El primero y principal es que conseguirás tener una visión exacta y veraz de cuál es tu situación financiera, alejándote de las percepciones erróneas que puedas tener.
- Saber dónde gastas el dinero para así poder detectar aquellos gastos que son indispensables y cuáles no.
- Comprobar cómo puedes llegar a ahorrar una parte de tus ingresos, reduciendo o suprimiendo ciertos gastos.
- Ver cuánto estás pagando en total por todos los créditos, préstamos y tarjetas cada mes. Es vital llevar un control de todas tus deudas.
¿Cómo se hace un presupuesto familiar equilibrado?
Para llevar a cabo un presupuesto familiar que sea lo más completo posible, necesitaremos precisar al máximo en cuanto a nuestros ingresos y gastos mensuales.
1. Elegir con qué herramienta vamos a hacerlo
El primer paso consiste en determinar qué herramienta vamos a utilizar. Lo más frecuente es utilizar una hoja de cálculo de Excel, ya que nos permite desglosar fácilmente la información y realizar cálculos con el mismo programa. Estos cálculos se basarán básicamente en la suma de los costes por una banda, y la resta entre ingresos y costes para saber qué margen tenemos.
También existen aplicaciones que nos permitirán hacerlo de una forma digital de forma automática, aunque es posible que no recojan todos nuestros movimientos.
2. Calcular los ingresos
En segundo lugar, completaremos una tabla en la que se vean reflejados todos los ingresos netos en el hogar. Aquí se suman las aportaciones de cada miembro del núcleo familiar a fin de tener una visión global de los recursos totales de los que disponemos cada mes.
Es importante tener en consideración todos aquellos ingresos que son fijos y los que son variables. Los ingresos fijos más comunes son salarios, pensiones, rentas, etc., mientras que los variables suelen tratarse de remuneraciones extras, ingresos extraordinarios, etc.
Entre los ingresos deben tenerse en cuenta también aquellos que vienen dados de dividendos, fondos de inversión y la venta de acciones y que figuren en tu cuenta bancaria.
3. Calcular los gastos del hogar
El siguiente paso es tan importante como el anterior. En este caso debemos calcular cuáles son nuestros gastos mensuales, tanto fijos como variables.
Por un lado, tendremos en cuenta los gastos fijos más importantes que son derivados del alquiler, la hipoteca, préstamos, créditos, tarjetas de crédito, pólizas de seguro… Todo lo que se mantenga a medio y largo plazo. Entre los gastos fijos se cuentan a su vez las facturas de teléfono, luz, gas y agua. También hay que tener en cuenta las cuotas de aquellas compras financiadas que hayamos hecho como por ejemplo el teléfono móvil o el coche.
En cuanto a gastos variables, los más comunes son gastos en cuanto a movilidad (gasolina y transporte diario), todo lo que tenga que ver con alimentación y productos del hogar, ropa, ocio, etc. En ocasiones es complicado acordarse de todas nuestras compras, pero si echamos un vistazo a los gastos que refleja nuestra cuenta bancaria podremos hacernos una idea aproximada.
4. Sumar y restar
Por último, tras realizar las sumas de ingresos y de gastos, se hace una simple resta: a los ingresos se les resta los gastos. Así lograremos ver cómo es el flujo de la economía doméstica y buscar fórmulas para intentar ahorrar. Esto nos permitirá ver cuál es el punto que necesitamos en nuestro presupuesto familiar para que sea equilibrado.
¿Consejos para llegar a final de mes?
Si tras realizar este proceso ves que los números no salen, deberás hacer reajustes para que el saldo quede positivo. A continuación, te damos algunos consejos que debes tener en cuenta y con los que seguro que notas la diferencia:
- Categorizar los gastos. Como ya has realizado anteriormente una recopilación de todos tus gastos, lo tendrás más fácil para detectar cuales son indispensables en tu día a día.
- Ajustarse el cinturón. Dicho de otro modo, eliminar aquellos gastos que no son realmente necesarios. Al final se trata de reducir los gastos para que haya un mayor margen en comparación con los ingresos.
- Es importante llevar un control de todas tus facturas para que no haya sorpresas. Así podrás ir controlando los pagos fijos a los que vas a tener que hacer frente a final de mes. Esto te ayudará también a dosificarte con el resto de gastos que tengas.
¿Qué pasa si no llego a final de mes y no puedo pagar mis deudas?
En casos extremos, tener un presupuesto familiar equilibrado es tarea imposible. Y es que estas dificultades económicas lejos de ser pasajeras, se convierten en un problema a largo plazo. En ocasiones, por mucho que hayamos reducido gastos no conseguimos revertir la situación y está en peligro hacer frente a las cuotas de nuestras deudas. Normalmente suele darse en épocas de crisis como la actual, donde encontrar un trabajo entraña más dificultades, o con buena parte de los negocios cerrados.
En este sentido existen diversas opciones que pueden resultarte interesantes si es tu caso, como son la reunificación y la reestructuración de deuda. Por otra banda, también existe la Ley de la Segunda Oportunidad, una ley que contempla la exoneración de deuda. Si quieres saber más acerca de estos procesos te invitamos a que visites la entrada en nuestro blog titulada “¿Cómo puedo reducir o cancelar una deuda?”.
Esta ley, vigente en España desde 2015 promueve, en una primera fase, que deudor y acreedores renegocien las condiciones de la deuda. El fin es encontrar un equilibrio en las cuotas adaptándolas a la situación financiera actual del deudor. Para ello se incluyen quitas y esperas, reduciendo la deuda hasta en un 60% y estableciendo nuevos plazos de pago. En una segunda fase, se puede llegar a cancelar hasta el 100%. Te recomendamos que eches un vistazo a nuestro artículo “¿Cómo funciona la ley de segunda oportunidad?” para saber más acerca de este proceso.
Necesito ayuda, no puedo pagar mis deudas
Si tu situación es alguna de las que hemos puesto anteriormente y te estás planteando optar a la Ley de la Segunda Oportunidad, debes saber que es indispensable que cuentes con un abogado experto en la materia. En Cormeum Legal disponemos de un completo equipo de abogados especializados en Derecho Bancario y que llevan desde 2015 trabajando con la Ley de la Segunda Oportunidad.
Desde su introducción hemos asesorado y acompañado a particulares, autónomos y empresas de todos los sectores que se encontraban en un grave estado de insolvencia. Todos ellos lograron la oportunidad que se merecían, eliminando una parte o incluso la totalidad de sus deudas.
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