En los tiempos que corren, muchos nos atreveríamos a decir que ahorrar es casi una tarea imposible. ERTES, pérdidas de empleo, cierre de negocios, menor actividad comercial… El año 2020 ha sido un año negro en nuestra historia moderna, el Covid-19 ha dejado las economías de medio mundo tambaleándose en una crisis que puede ser sin precedentes.

A nivel doméstico, las consecuencias más visibles son las series dificultades que tienen las familias para llegar a final de mes con una reducción notable en sus ingresos, y con unos costes fijos que hay que seguir pagando. En este artículo te explicamos cómo, a pesar de toda esta situación, puedes conseguir ahorrar fácilmente y sin esfuerzo.

¿Qué parte de mis ingresos debo ahorrar?

Esta puede ser la pregunta del millón… de respuestas. Depende mucho de cada caso, aunque la regla con más acogida en la actualidad es la del 50-20-30. Esta dice que un 50% de los ingresos deben ir destinados a los gastos básicos cotidianos (hipoteca, alquiler, facturas, alimentación, etc.), un 20% para el ahorro y un 30% para gastos personales (ocio, ropa, etc.).

Aunque la regla puede sonar muy bien, no siempre es fácil cumplirla, y es que cuando nuestros ingresos se ven recortados o limitados, estos porcentajes pueden variar considerablemente. En estos casos lo principal es hacer frente a los gastos indispensables, reduciendo de las otras dos partes. Normalmente la parte destinada al ahorro es la primera en sacrificarse, de modo que dejamos de reunir dinero para cualquier eventualidad que podamos tener.

¿Por qué debería ahorrar?

Ahorrar es realmente importante en términos de estabilidad financiera. Cuando tenemos ahorros, disponemos de un colchón que nos permitirá hacer frente a cualquier gasto inesperado que podamos tener, como la reparación del coche o la compra de un electrodoméstico.

Además, este colchón repercutirá también en nuestro estado anímico, ya que podremos ir más tranquilos con la seguridad de poder seguir pagando las facturas mientras encontramos un nuevo empleo, por ejemplo.

¿Qué me recomendáis para ahorrar?

El primer consejo es que realices un presupuesto familiar. Este presupuesto debe contener de forma desglosada los ingresos fijos y variables, y cada uno de los gastos que tienes cada mes en casa.

Desde los productos más básicos del hogar, hasta las cenas fuera de casa o las escapadas del fin de semana. Absolutamente todos. El objetivo es tener una visión global para ver donde estamos gastando de más y así poder reducir esos costes.

De tal forma, sumando costes por un lado e ingresos por otro, podremos ver cuál es el saldo que nos queda a final de mes. Ese saldo se puede destinar al ahorro, y se puede incrementar aumentando los ingresos (haciendo horas extra, encontrando un trabajo adicional para unas pocas horas, etc.) o reduciendo algunos costes que has contemplado anteriormente en el presupuesto.

Te recomendamos que eches un ojo a nuestro artículo acerca de cómo hacer un presupuesto familiar.

¿Cómo puedo reducir mis costes?

Parece obvio, pero todo pasa por ajustarse el cinturón. Algunos de los aspectos que puedes tener en cuenta para rebajar tus gastos son:

  • Reducir o suprimir los gastos que no son realmente necesarios. Por ejemplo, no salir tanto a cenar, realizar escapadas a lugares más económicos, etc.
  • No comprar ropa de temporada, ya que es más cara. Es recomendable esperar a la época de rebajas, donde podemos conseguir precios mucho más reducidos.
  • Comer más en casa o llevar un tupper si comes fuera.
  • Analiza y compara los precios de los productos necesarios para el hogar, conseguirás ahorrar unos cuantos euros si lo haces bien.
  • Intenta rebajar la factura de la luz, apagando luces innecesarias o electrodomésticos que no deben estar encendidos.
  • Evita gastar agua de más, cerrando el grifo cuando no estás utilizando el agua.
  • Intenta evitar los hábitos caros como el tabaco o el alcohol.
  • Mira si es más rentable y utiliza el transporte público para ahorrar gasolina.

Otros consejos que puedes tener en cuenta, pero para aumentar tus ingresos, son:

  • Busca un empleo por horas con el que complementar tu sueldo.
  • Alquila una habitación que no utilizas en casa o incluso la plaza de parking.
  • Vende objetos de valor con los que conseguir unos ingresos extra.

Si tienes en cuenta estos consejos, puedes llegar a reducir notablemente los gastos totales que tienes cada mes. Esto te permitirá ir más desahogado y poder dedicar una parte al ahorro para poder respirar tranquilo.

¿Y si no puedo ahorrar ni pagar mis deudas?

Existen situaciones donde la principal preocupación pasa por pagar los gastos más necesarios del hogar. En muchas ocasiones, nos vemos ahogados por todos esos microcréditos, préstamos y tarjetas que pedimos hace años para gastos puntuales. Esta situación puede llegar a ser un auténtico quebradero de cabeza, sobre todo si nos quedamos sin ingresos durante varios meses.

Es en este punto donde aparecen en nuestra mente recurrir a la reunificación o la reestructuración de deudas, dos sistemas que nos permitirán coger algo de aire durante un tiempo.

Pero a veces no es suficiente, y la situación se prolonga más en el tiempo. Es aquí donde aparece la Ley de la Segunda Oportunidad (BOE, Ley 25/2015), un proceso con el que se elimina una parte o incluso la totalidad de la deuda. Este procedimiento tan en boga en la actualidad, se ha convertido en el mecanismo ideal para todos aquellos particulares, autónomos y empresas insolventes que no pueden pagar las cuotas de sus deudas.

En una primera fase, la Ley de la Segunda Oportunidad permite que deudor y acreedores negocien las condiciones de su deuda para que se reduzcan las cuotas a cifras asumibles. Esto se puede llegar a traducir en una rebaja de hasta el 60% de la deuda. Si no se llegase a ningún acuerdo, se solicitaría la exoneración por vía judicial de las deudas, llegando al 100% de deuda cancelada.

Si quieres saber más acerca de este procedimiento visita nuestra entrada “¿En qué consiste la Ley de Segunda Oportunidad?”.

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En el bufete de Cormeum Legal contamos con abogados expertos en la materia de la Ley de la Segunda Oportunidad. Desde la creación de esta ley en 2015, hemos ayudado a todo tipo de particulares, autónomos y empresas a conseguir unas cuotas mucho más reducidas. Gracias a este procedimiento todos ellos han encontrado el equilibrio financiero que necesitaban para poder seguir adelante.

Además de un completo asesoramiento y del acompañamiento durante el proceso, nuestros abogados le darán el enfoque jurídico necesario al caso para obtener el máximo beneficio para el cliente. El resultado es que puedas seguir viviendo con la tranquilidad de saber que puedes llegar a final de mes.

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