¿Eres una víctima de violencia doméstica?

 

Se considera víctima de violencia doméstica a toda aquella persona que sufre abusos por parte de su pareja o familiar con el que convive. Es más complejo de lo que parece porque podemos estar hablando de una persona contra otra, un individuo contra varios o esta misma persona contra todos los del núcleo familiar.

 

Abarca: actos violentos, acoso, intimidación, fuerza física, etc. Por supuesto, sin olvidar que se incluye en este término: maltrato infantil, abuso de ancianos, violencia contra las mujeres, etc.

 

¿Qué es la violencia en el hogar?

 

Es un patrón de conducta violenta que se repite continuamente en el tiempo. Normalmente se utiliza para manipular a otra persona. Es importante explicar que aunque suele convertirse en algo habitual, a veces aparecen actitudes tóxicas que son fáciles de localizar y que no deben consentirse para que no aumenten y se conviertan en un delito.

 

La persona que maltrata puede convivir o haber convivido con la víctima, puede tener una relación en pareja o no tenerla y puede haberse casado o no.

 

No has de haber sufrido una herida física para sufrir violencia doméstica, se entiende que cualquier: maltrato verbal, emocional o económico, amenazas, abuso sexual, etc.

 

Tipos de violencia doméstica

 

Como hemos mencionado anteriormente, los tipos de violencia doméstica son bastante amplios ya que se requiere etiquetar correctamente cada uno de ellos. No podemos mencionar todos pero sí que vamos a conseguir una visualización general:

 

  • Maltrato físico: empujar, abofetear, dar golpes, ahorcar, morder, tirar del pelo, lanzar objetos, etc.
  • Maltrato emocional: restringir el acceso a elementos cotidianos como agua, electricidad, aparatos habituales en la vivienda; manipular, humillar, amenazar, insultar, controlar el día a día, etc.
  • Maltrato sexual: forzar a tener actos sexuales delante de otras personas, toquetear sin consentimiento, violar, denigrar sexualmente, usar amenazas a cambio de sexo, lesionar o dañar zonas íntimas, etc.
  • Maltrato económico: administrar las finanzas, darle una paga, no permitir el trabajo o aumento de horas laborales, castigar por el gasto de su propio dinero, no permitir estudiar, etc.
  • Usar a los niños para el maltrato: herir o amenazar con herir para castigar a la víctima, llamar a Servicios de Protección Infantil para crear ansiedad a la víctima, intentar obtener la custodia de los hijos de la víctima solo para hacer daño, secuestrar a los hijos de la víctima o amenazar con hacerlo, etc., este punto refleja un aspecto importante que muchas veces se nos olvida pero se debe tener especial atención y ofrecer ayuda a las víctimas de violencia de género con hijos a cargo.

 

Recomendaciones para personas que sufren violencia doméstica

 

¿Cuándo se deja de ser víctima de violencia de género? Lo primero que tiene que entender una persona que ha sufrido o sufre maltrato es que no es su culpa. Entenderlo es el primer paso para superarlo. Tener apoyo social normalmente posibilita salir antes de la violencia doméstica y lo que es más importante, tomar medidas previas, durante y después, puede marcar la diferencia:

 

  • Tener contacto con algún vecino por si alguna vez pasa algo. Una palabra clave puede salvar una vida en un momento de necesidad. Si el dinero lo permite, siempre se puede contratar un servicio externo (alarmas, etc.) para avisar rápidamente.
  • En caso de haber sido víctima de violencia doméstica, tener otro punto de acogida ya apalabrado.
  • Apuntar teléfonos de ayuda, urgencias, etc. para utilizarlos rápidamente.
  • No permitir en casa: armas u objetos peligrosos.
  • Si la persona con la que se está hablando es agresiva o ha mostrado con anterioridad una actitud vehemente, lo mejor es disponer de una salida fácil a la calle.
  • Preparar una mochila para salir rápidamente de casa no es descabellado: guardar documentación (DNI, tarjetas, contrato de vivienda, etc.), ropa y bolsa de aseo, llaves (coche, domicilio, etc.), pequeños objetos de valor (fotos, discos duros, pendrives, etc.).

 

Todos estos consejos son escritos pensando que se convive con el agresor. En caso de no convivir, lo mejor que se puede hacer es no volver a ver a esa persona y tomar todas las medidas de seguridad a tu alcance.

SEPE también explica qué hacer si sufres violencia de género y estás trabajando. Si ya ha habido un caso de agresión, puedes contactar con un abogado para que te asesore respecto a la violencia doméstica y el código penal. No permitas que la violencia doméstica y la violencia de género sigan en tu vida.

 

¿Necesitas asesoramiento personalizado?

En Cormeum legal tenemos a los mejores abogados dispuestos a ayudarte. No dudes en llamar al: 93 050 26 71